sexta-feira, 4 de setembro de 2015

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Não! Não vou reproduzir de novo a fotografia.
Quem já a viu, sabe de que se trata. Quem não a viu… bem, quem não a viu anda arredado da realidade do chamado “mundo ocidental” e do mundo dos media.
E, como se não bastasse, recuso-me a banalizar com a sua replicação ad náusea algo que é único de demasiado grave para ser tratado com leviandade.
Seja como for, deixo o editorial do jornal “El Periódico”, de Barcelona.

“Por qué publicamos la foto

Viernes, 4 de septiembre del 2015

Hay en el planeta 60 millones de seres humanos que buscan amparo huyendo de la guerra y la barbarie. Un tercio de ellos, 20 millones de almas, miran a Europa en demanda del auxilio que debiera garantizarles la Convención de Ginebra, impulsada hace 64 años por las Naciones Unidas y suscrita, entre otras, por las autoproclamadas democracias del primer mundo. Asistimos impávidos a la mayor crisis humanitaria desde la segunda guerra mundial, fruto de la sinrazón del tirano Bashar el Asad en Siria, del psicópata ensañamiento del Estado Islámico y del quietismo ignominioso de las potencias occidentales. Pero ese no es el problema. Lo verdaderamente grave es que algunos diarios hayan publicado la estremecedora foto del primer gran protagonista de esta tragedia: Aylan Kurdi, el niño sirio de 3 años ahogado en una orilla de Turquía.

Créanme, cuando un grupo de periodistas discutimos si una imagen tan impactante como la de un crío varado en la arena debe ir o no en la portada, lo último en lo que pensamos es en cuántos ejemplares venderemos el día siguiente. Entre otras razones, porque ya sabemos que abofetear la conciencia del público no es el mejor método para aumentar la audiencia.

A sabiendas del riesgo de ahuyentar a nuestros lectores y de exponernos a las críticas de quienes tachan de sensacionalismo cuanto ignoran, las redacciones de 'Le Monde', 'The Guardian'. 'The Independent' y EL PERIÓDICO, entre otras grandes cabeceras, decidimos que la función social de la prensa no es edulcorar las tragedias ni editar la realidad, sino presentarla tal como es para impedir que nuestros gobernantes sigan escondiendo la cabeza bajo el ala ante la crisis de los refugiados. Y para que los ciudadanos, informados con veracidad y rigor, decidan si les piden cuentas o si, en silencio, se hacen cómplices de su inmovilismo.

Contra la censura


No hay democracia sin diarios que denuncien las injusticias y fiscalicen a los gobiernos. Casualidad o no, de golpe Bruselas se ha avenido a triplicar el número refugiados que obtendrán asilo en Europa. ¿Lo hubiera hecho de haber censurado los medios la foto de Aylan?”

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